4 métodos científicos para aumentar la productividad

Controlar el estrés, conocer el propio ritmo cerebral o aprovechar los estados de flujo son formas de ayudar a tener empleados más felices y productivos.

La forma de trabajo moderna, aunque intensa, no siempre es productiva. Empleados extresados, continuamente conectados, que pierden interés en el trabajo en paralelo al deterioro de su calidad de vida… Algunos expertos están defendiendo un nuevo paradigma de liderazgo basado en concoer los elementos de una vida sana y equilibrada. La investigación en las áreas de la neurociencia, la biología y la conducta humana han producido algunas ideas brillantes en este aspecto, que pueden ayudar a tener empleados más felices y productivos.

1. La neuroplasticidad. Aunque no en la misma medida que el de los niños, el cerebro adulto también tiene una importante capacidad para el cambio. Con entornos seguros, apoyo de los líderes, retos suficientes, un mínimo de estrés y un estilo de vida saludable, los empleados pueden evolucionar sus talentos innatos y transformarse en la mejor versión de sí mismos, mejorando la productividad.

2. El control del estrés. El ser humano dispone de estructuras cerebrales más primitivos y más desarrolladas. En una situación de estrés y miedo, las primeras se activan y dificultan el acceso a los lóbulos frontales, donde reside la innovación. Crear un ambiente seguro y relajado es bueno para aumentar la innovación y la creatividad, lo que beneficia tanto a los trabajadores como a las empresas.

3. Conocer su propio ritmo. Nuestros cuerpos y mentes siguen un ciclo diario llamado ritmo circadiano, con cambios físicos, mentales y de comportamiento, que siguen un ciclo de aproximadamente 24 horas. El ritmo ideal para aprovechar los períodos en los que estamos más centrados es trabajar durante cinco periodos de 90 minutos durante todo el día, con descansos en medio. Una buena práctica es programar tres tareas diarias importantes que se pueden encajar en estos segmentos y establecer un temporizador.

4. Estados de flujo. Estos estados, en los que ponemos toda nuestra atención en lo que estamos haciendo, de forma que parece qu elo que hay alrededor desaparece, son difíciles de alcanzar en el trabajo. Pero estableciendo objetivos sencillos para que una persona puede mantener su atención enfocada por un periodo de tiempo sostenido y eliminando todas las distracciones de nuestros espacios de trabajo, propiciaremos el éxito en cada tarea.