Las 4 claves de la internacionalización del servicio de atención al cliente
Entre otras cosas, es preciso construir un servicio de atención al cliente flexible y disponible, y apoyarse en expertos nativos en el país objetivo.
El servicio de atención al cliente es una herramienta clave a la hora de ofrecer una mejor experiencia de compra. Sin embargo, son muchas las dudas de las empresas a la hora de llevar a cabo los procesos de implementación en el extranjero. Para la fiirma especializada en plataformas de comercio conversacional iAdvize, son cuatro las claves para lograr una internacionalización exitosa del servicio de atención al cliente.
1. Construir un servicio de atención al cliente flexible y disponible en todo momento. En el momento de desarrollar parte del negocio en el extranjero, muchas empresas optan por asociarse con profesionales que conozcan muy bien el mercado, capaces de responder a preguntas sencillas y con experiencia en el tema, para reforzar el servicio de atención al cliente de la marca.
2. Apoyarse en expertos nativos en el país objetivo. Para las empresas que se lanzan a ofrecer servicios fuera de su mercado original, una de las dificultades más importantes es captar perfiles nativos del país objetivo. Se trata de detectar personas con conocimientos avanzados en los productos o ámbitos de actividad. Elegir una comunidad de expertos apasionados por el servicio de atención al cliente es elegir interlocutores que conocen el mercado y que utilizan los productos y servicios que recomiendan.
3. Ofrecer consejos auténticos para tener la mejor imagen de marca. De la misma forma que una empresa debe confiar en sus proveedores de servicios, los clientes también deben poder confiar en las personas que les prestan servicio y les guían.
4. Garantizar la independencia de los operadores. Los operadores de atención al cliente de las marcas tienen conocimientos técnicos avanzados sobre los productos que venden. En este contexto, supone un valor añadido que sean expertos independientes, sin ninguna relación de subordinación con la marca, que se les pague simplemente por dar consejos a los visitantes según su propia experiencia y conocimientos. Proponer consejos y buenas prácticas independientes permite a la empresa mostrarse como una marca auténtica, no una marca que quiere vender sus productos a cualquier precio.