26 millones de consolas Wii en todo el mundo
La Wii de Nintendo se ha convertido en la consola de mayor éxito de los dispositivos de nueva generación, aunque la organización ecologista Greenpeace continúa criticando duramente su política medioambiental.
El responsable de Nintendo Francia, Stephan Bole, ha revelado para la publicación francesa Jeux France que la Wii ha superado la cifra de 26 millones de unidades vendidas en todo el mundo, desde su irrupción en el mercado en diciembre de 2006.
Aunque se trata de una consola con especificaciones inferiores a las de las consolas de la competencia, la Xbox 360 de Microsoft y la PlayStation 3 de Sony, el mando con detección de movimiento ha seducido a millones de usuarios en todo el mundo. La Xbox ha registrado unas ventas de 20 millones de unidades desde diciembre de 2005, mientras que Sony sigue en la cola con 14 millones de unidades de PS3 vendidas desde noviembre de 2006.
La clave del éxito de la Wii está en la combinación de un dispositivo a precio sustancialmente inferior al del resto de consolas, con un catálogo de títulos enfocado a todo tipo de usuario, no únicamente aquellas personas que siempre se han sentido atraídas por este tipo de ocio. El mando con detección de movimiento permite el desarrollo de juegos más dinámicos y atractivos para el gran público.
Nintendo, el fabricante menos ‘verde’
En el ranking que elabora Greenpeace trimestralmente, para evaluar la política medioambiental de de los fabricantes de electrónica de consumo coloca a Nintendo al final de la lista.
Según recoge la BBC, un portavoz de Nintendo ha indicado que la organización ecologista ha puntuado bajo a su empresa porque no ha facilitado información para la encuesta, y Greenpeace ha tenido que basarse en la información que figura en la página web.
El ranking de Greenpeace tiene como objetivo principal presionar a las compañías para que reduzcan los componentes contaminantes de sus dispositivos electrónicos. En la última edición han tenido en cuenta también el gasto energético y solicitan a las empresas que se adscriban públicamente al Protocolo de Kioto.
“Evidentemente a las compañías les llevará mucho tiempo cumplir con nuestras exigencias”, ha dicho una responsable de Greenpeace, pero “sabemos que las marcas están presionando a sus proveedores para cumplir las metas”, añade.