La cultura DevOps escala a toda la estructura de las empresas
El proceso de diseño en 3D no pertenece exclusivamente al ingeniero, hay muchos actores implicados.
Especial desde Dallas (Texas)
Absolutamente todo lo que nos rodea ha sido previamente diseñado; desde los dispositivos móviles que utilizamos hasta las sillas ergonómicas de nuestras oficinas o los componentes de nuestros relojes de pulsera.
Yves Behar es el CEO y fundador de fuseproject. La prestigiosa revista Time le nombró Diseñador del Año en 2015. Se le puede considerar un visionario: en 1999 el Museo de Arte Moderno de San Francisco le encargó “un nuevo concepto de calzado”. Behar presentó su “modernshoe”, un concepto que además de visualmente atractivo se adelantaba tremendamente a su tiempo.
Fue diseñado para recolectar información sobre quien los vestía y ofrecérsela al fabricante vía bluetooth. La idea era crear un concepto que cambiara la relación entre usuario y empresa fabricante. “Buscaba que la relación fuera continua en lugar de que se acabara una vez comprado el producto”. También era reciclable.
Llama la atención lo acertada que resulta hoy esta idea. Las grandes marcas buscan a través de la tecnología conocer a sus usuarios y establecer una relación duradera. La experiencia para con el producto es lo que marcará la diferencia. Lo que les permitirá ganar frente al competidor.
Para conseguir esto desde una perspectiva del diseño, es necesario aplicar una cultura colaborativa. El departamento de diseño digital pasa a ser parte de un proceso en el que también participan el equipo de marketing, el de desarrollo y el ejecutivo.
El producto, en la era del todo conectado, debe incorporar en sí mismo la tecnología. Ser estéticamente atractivo pero también funcional e inteligente. Además, debe ser fiel a la estrategia de marca de la empresa que lo lanza.
De alguna forma, hablamos la extensión de la cultura DevOps también al departamento de diseño. No solo se trata de que los equipos de desarrollo y del departamento TI se comuniquen, sino que además requiere que el de diseño y marketing participen de lleno en el proceso.
“El diseño es solo un pequeño elemento del producto”, comenta Behar en un encuentro con periodistas en el marco del SolidWorks World. Lo verdaderamente importante, sigue, es preguntarse sobre la utilidad del producto, sobre las posibilidades de que se convierta en esencial en la vida de los usuarios.
Una vez respondidas estas preguntas y lanzado al mercado, el producto debe continuar con la relación con el cliente.
Volviendo al ejemplo del calzado inteligente que imaginó Ives Behar en 1999. Los zapatos, que ofrecen información sobre la actividad física al usuario, incorporarían hoy una aplicación móvil en la que consultarla. Esto requiere necesariamente el trabajo del equipo de desarrollo y el técnico, que deberán prever los requerimientos de conexión, diseñar la interfaz o el flujo de datos a manejar y las herramientas analíticas a implementar.
Claro que esta teoría no es aplicable a todas las empresas. Por ejemplo, a las recién nacidas, donde el equipo de desarrollo, el de operaciones y el de diseño se reduce a unas pocas personas. Es lo que nos comenta Ignas Survila, un joven lituano inventor de Pigeon, un monopatín plegable y sostenible que debutó en diciembre de 2014 en Kickstarter. Hoy esta en el recinto de partners de SolidWorks.
Sea como fuere, parece que se inaugura la era de las empresas multidisciplinares o… de los empleados multidisciplinares.