La autoridad reguladora del transporte en la capital británica, Transport for London (TfL) ha propuesto una serie de modificaciones normativas que impedirían que Uber pueda operar en la ciudad del Támesis. Se trata de modificar la regulación del alquiler de vehículos privados con conductor, algo que podría afectar al controvertido negocio.
Algunas de las nuevas normas que entrarían en vigor incluyen la obligatoriedad de que haya un período mínimo de 5 minutos de espera hasta que llegue el vehículo, la prohibición de mostrar animaciones de automóviles en la propia app y la obligación de los conductores de trabajar para una única empresa.
La respuesta de Uber no se ha hecho esperar: han organizado una petición de firmas online para mostrar a TfL la gran aceptación que su servicio tiene, al tiempo que protesta por una normativa que establece prohibiciones y obligaciones algo absurdas.
En apenas 12 horas se recibieron más de 60.000 firmas y no se ha tardado demasiado en alcanzar las 100.000.
Uber manifiesta que tiene ya más de un millón de conductores en todo el mundo, 18.000 de los cuales operan en Londres. Este apoyo mediante firmas online también se ha dado en otras ciudades, como en Bruselas, donde son unos 25.000 los apoyos recibidos.
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