10 claves para ser invulnerables frente a los ciberataques
En la medida en que las empresas han pasado de contar con sistemas propietarios a adoptar tecnología abierta y en la nube, la ciberseguridad se ha convertido en una de sus principales preocupaciones.
Desde el centro universitario U-tad señalan que uno de los principales problemas actuales de las empresas es su desconocimiento de las causas de los ciberataques y, por ende, la imposibilidad de buscar soluciones.
Por eso y para intentar ayudarlas, el centro, que imparte un máster en ciberseguridad, ha recopilado las 10 principales vulnerabilidades que les pueden convertir en objetivo de los actuales ciberdelincuentes. Son estas:
1. Control inadecuado de las políticas de seguridad. Hay que actualizarlas con la misma asiduidad con la que avanza la tecnología y regularlas haciendo un control exhaustivo de su aplicación.
2. En manos de los trabajadores. Aquellos empleados que manejan los mecanismos internos de las redes de la compañía pueden cambiar su rumbo laboral y abandonarla dejando al descubierto esas contraseñas o scripts que hasta ahora permanecían en la oscuridad.
3. Procesos de parcheo lentos o con efectos poco predecibles. La rapidez es una de los principales factores del éxito o el fracaso de un ciberataque.
4. Utilizar comunicación inalámbrica sin autentificación ni cifrado. La utilización masiva de dispositivos personales en las empresas (BYOD) que no están cifrados facilita los ciberataques y posibilitan la entrada remota de usuarios a las redes de la compañía.
5. Mecanismos deficientes para el aislamiento de redes y el control del tráfico no permitido. Un empleado con un USB puede transportar información de una red a otra pese a estar físicamente aisladas. A esto hay que sumarle el ineficiente sistema de aislamiento de redes que se suele llevar a cabo en las empresas.
6. Inexistencia de herramientas que identifiquen rápidamente actividad sospechosa. Las compañías deben contar con una plataforma resolutiva de incidentes que no solo integre alertas de cientos de soluciones puntuales, sino que de respuestas a incidentes inteligentes y accionables y automatice los procesos, permitiéndolas enfocarse en los incidentes más urgentes.
7. Contraseñas débiles. Si el control de acceso es deficiente, es más fácil que se produzcan ataques externos.
8. Utilización ineficiente del ancho de banda de red.
9. Gestión deficiente de la memoria que puede derivar en “buffer overflow”. Cuando un programa no controla la cantidad de datos que se copian en buffer, se puede sobrepasar la capacidad, de modo que los bytes que sobren se almacenen en zonas de memoria adyacentes de fácil acceso.
10. No se mantiene una traza fiable de los cambios de seguridad.