Es un poco paradójico. Intel, que acaba de lanzarse al mercado de dispositivos móviles y que está aún muy lejos de alcanzar a ARM, dueña y señora de la industria, mira al futuro… un futuro muy lejano.
El equipo de investigación de Santa Clara trabaja en la construcción de un chip de 48 núcleos.
Conseguir meter 48 núcleos independientes en una sola pieza de silicio es un hito que tendría indudablemente un gran impacto en la forma de entender la computación. Cambiaría la forma de concebirla, de interactuar con los dispositivos.
Grosso modo: permitiría ejecutar grandes aplicaciones en un dispositivo que entra en una mano sin que ello afectase a otras en funcionamiento. Se trata de llevar las altas capacidades de computación al bolsillo del usuario final.
Imagine un dispositivo electrónico del futuro. Por ejemplo, un smartphone con dos o tres cámaras de alta definición. Con el enorme poder de procesamiento que aportarían los 48 núcleos se podrían reconocer objetos y crear mapas tridimensionales de una forma rápida y sencilla, y de forma simultánea, como señala TGDaily.
¿Para cuándo tanto poder en la mano del usuario final? Se calcula que su desarrollo llevará entre 5 y 10 años. Toda una eternidad en la industria tecnológica.
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