1 de cada 5 empleados vendería sus contraseñas a alguien ajeno a la empresa
Así lo desvela la última edición de la Market Pulse Survey de SailPoint, que añade que un 44 % de las personas que venderían las contraseñas no pedirían más de 1.000 dólares.
La seguridad en las empresas es altamente mejorable. Y en parte se debe a la actitud que mantienen algunos empleados, que podrían llegar incluso a vender sus contraseñas a personas ajenas a la compañías.
Así lo desvela la última edición de la Market Pulse Survey de SailPoint, donde se especifica que 1 de cada 5 trabajadores encuestados estaría dispuesto a vender sus contraseñas a un extraño, una cifra superior a la del informe anterior. Y además el 44 % de quienes no tendrían reparo en hacerlo no cobraría más de 1.000 dólares por ello.
También ha aumentando el número de personas que adquieren aplicaciones SaaS sin avisar al departamento de TI, situándose ya en un tercio de los contratados. Otro tercio comparte sus contraseñas con colegas y casi dos tercios sólo tienen una contraseña para múltiples aplicaciones, esto es, no buscan proteger mejor el acceso con diferentes credenciales.
“La Market Pulse Survey de este año arroja luz sobre la desconexión significativa entre cómo los empleados ven su información personal y la de su empleador, que también podría incluir información personal de los clientes. Las soluciones de gobernanza de identidad actuales pueden atenuar el desafío de recordar varias contraseñas y automatizar los controles y políticas de seguridad, pero es imperativo que los empleados comprendan las implicaciones de cómo ellos se adhieren a las mismas”, señala Kevin Cunningham, presidente y fundador de SailPoint. “Sólo se necesita un punto de entrada entre cientos de millones en una única empresa para que un hacker gane acceso y cause mucho daño”, advierte Cunningham.
Aunque un 85 % de los componentes de la plantilla de una empresa no se tomaría bien que ésta accediese a sus datos personales, el 26 % comparte información sensible de su organización. Y 4 de cada 10 personas seguirían teniendo acceso a cuentas corporativas aún después de dejar la compañía.