¿Quién es Jack Dorsey?
Tras tres meses buscando un sustituto definitivo para Dick Costolo, Twitter podría dar como vencedor a su cofundador y CEO interino.
“Me siento tremendamente orgulloso del equipo de Twitter y de todo lo que ha logrado junto durante mis seis años con la compañía”. Pero las cosas cambian y los nombramientos de cargos directivos no son eternos. El mandato de Dick Costolo como CEO de la red de microblogging ha tocado su fin sin cumplir las expectativas de monetización que recaen sobre su negocio. Lo hizo concretamente el 1 de julio de 2015, unos cuantos días después de que el ejecutivo pronunciase estas palabras, agradeciese “la confianza que la Junta, el equipo directivo y los empleados han depositado en mí” y asegurando tener “muchas ganas de apoyar a Twitter del modo que pueda de ahora en adelante”. No en vano este experto en cuestiones técnicas, además de actor de teatro, que llegó a Twitter en calidad de COO pasaba entonces a engrosar la Junta Directiva.
En esta Junta se encuentran también dos CEOs previos de Twitter, Evan Williams y Jack Dorsey. Ambos participaron en la creación de la empresa del pajarito azul hace menos de una década junto a Biz Stone y Noah Glass, que también han pasado a la historia con el título de cofundadores pegado a sus nombres. El origen de Twitter se remonta en concreto a 2006, cuando todos ellos estaban vinculados a una empresa llamada Odeo que acabaría como subsidiaria de Obvius Corporation y adquirida por Sonic Mountain un año más tarde.
Williams es conocido gracias a su paso por Pyra Labs, el invento de Blogger, la compra de Google y la apuesta que encarna Medium. Dorsey, por su parte, limita su otra gran obra más allá de Twitter al mercado de las finanzas con Square. Se trata de una única carta de presentación, pero su crecimiento desde que fuera fundada en 2009 le ha servido a Jack Dorsey para reivindicarse en el papel de visionario tecnológico y hombre de negocios. Square apuesta por los pagos que superan el intercambio físico de billetes y monedas al tramitar transacciones con los omnipresentes dispositivos móviles, y sustituye las cajas registradoras de toda la vida por software de punto de venta moderno. Esto forzó la reacción de competidores ya establecidos como PayPal, por ejemplo. Tras su éxitos se halla Dorsey, como presidente y CEO.
El regreso del “padre pródigo”
Esos mismos cargos, los de presidente y CEO son los que ostenta en Twitter este empresario nacido en St. Louis, o la Ciudad de San Luis en el estado norteamericano de Misuri, hace 38 años. Fue él, y no Williams, el elegido para desempeñar una vez más el cargo de director ejecutivo de Twitter de manera interina, en sustitución de Dick Costolo. Y es él el que ha acaparado parte de las preferencias para seguir siendo CEO de manera definitiva. El regreso del “padre pródigo” ha ido calando durante los tres meses que dura ya la evaluación de candidatos por parte de un Comité de Búsqueda encarnado por Peter Fenton, Peter Currie y, como curiosidad, el propio Evan Williams, con quien se ha dicho en alguna ocasión que no guarda precisamente un vínculo estrecho fuera de las reuniones de trabajo.
La Junta de la red social y su Comité cuentan para llevar a cabo su cometido con la ayuda de la firma especializada en dichas lides Spencer Stuart, de cuya lista de supuestas opciones han ido surgiendo nombres como Adam Bain, Mike McCue, Padmasree Warrior, Kevin Systrom, Neal Mohan o Ross Levinsohn. Eso es parte de lo que se ha ido barajando extraoficialmente. Hasta ahora tampoco se descarta a Jack Dorsey, al que su predecesor en el cargo atribuye cualidades obvias para desempeñar el cargo como un “profundo conocimiento del producto y la misión de Twitter en el mundo, así como una gran relación con el equipo de liderazgo de Twitter”.
Al final, quinielas aparte y pese al encontronazo que supone el deseo de Jack Dorsey por permanecer en Square y la preferencia de Twitter por contratar a una persona “en condiciones de comprometerse a tiempo completo”, la vacante parece estar a punto de cubrirse por la misma persona que dirigió la red social entre los años 2006 y 2008. La misma que fue reemplazada de su puesto. Y la misma que ya había vuelto a casa en 2011 en calidad de presidente. Esta secuencia de ida y venida le ha valido la comparación con Steve Jobs, que también tuvo que abandonar Apple. El paralelismo se puede extender incluso ahora, ya que Jobs también combinó el liderazgo de la firma de la manzanita con la de Pixar durante más de un lustro.
¿Y cómo es Jack Dorsey? ¿Con qué aficiones disfruta? ¿Qué imagen se ha creado de él? Lo definen como tímido e introvertido. Se sabe que de adolescente hizo sus pinitos programando con software abierto, aunque más adelante no acabó sus estudios tras pasar por la Universidad de Missouri de Ciencia y Tecnología y la Universidad de Nueva York. Se ha declarado fan del punk, hasta el extremo de reflejarlo en su aspecto y haberse teñido de color azul. Luce un llamativo, y comentado, tatuaje en el antebrazo. “Levantó” la primera ronda de financiación de Twitter con un anillo en la nariz y rastas en el pelo. Y ahora sigue levantando comentarios por su barba hipster. A lo largo de su vida ha mostrado atracción por el arte surrealista, el mar, los sistemas de mensajería, las ciudades, los mapas… ¿Qué más? Se convirtió en masajista cuando se cansó de su trabajo. Y habría declarado interés por convertirse en alcalde Nueva York.
También se han cuestionado pasajes de su recorrido o el alcance de su mérito. Desde el punto de vista profesional, ha ido apareciendo en varias clasificaciones destacadas. Fue uno de los innovadores que en 2008 se metió en la clasificación TR35 de la Technology Review del MIT. En 2011, Vanity Fair lo consideró entre el medio centenar de personalidades más influyentes del mundo. Y en 2013 aparecía en la lista de Forbes sobre los veinte menores de 45 años que amasaban una fortuna más amplia. Cabe señalar que, cuando Twitter salió a Bolsa hace un par de años por 26 dólares el título, Dorsey poseía unos 23,4 millones de acciones. Horas después su precio subió casi, casi, a los 45 dólares, disparando el valor de las posesiones totales de sus dueños.
El autor del primer tuit, fechado el 21 de marzo de 2006 y que rezaba “just setting up my twttr” (“simplemente configurando mi twttr”), también tiene presencia en The Walt Disney Company. Desde diciembre de 2013 es director independiente de esta compañía. Su presidente y director ejecutivo, Robert A. Iger, se refiere a él como “un empresario talentoso que ha ayudado a crear nuevas empresas revolucionarias en los espacios de las redes sociales y el comercio”. Valora su “perspectiva” como “sumamente valiosa, teniendo en cuenta nuestras prioridades estratégicas, que incluyen la utilización de las últimas tecnologías y plataformas para llegar a más personas y para mejorar la relación que tenemos con nuestros clientes”.
Habrá que ver si esa visión le lleva también a mejorar Twitter, un negocio que se presenta como plataforma libre de barreras para que gente de todas partes del planeta comparta información en tiempo real. Un negocio del que estos días se está rumoreando en la blogosfera que podría acabar perdiendo su seña de identidad, el límite de los 140 caracteres por tuit. Un negocio que, entre sus cifras actuales, cuenta con 4.100 empleados, más de 35 oficinas, 316 millones de usuarios activos mensuales y 500 millones de tuits enviados al día. Un negocio que aunque es conocido todavía despierta algunas reticencias, del que se espera todavía más.