Un nuevo estudio alerta de las consecuencias que traerá para el empleo la implantación de Inteligencia Artificial y automatización.
Según se desprende de los datos del último informe del McKinsey Global Institute, no pintan buenos tiempos para el campo del empleo en el mundo.
En concreto, el estudio destaca que para el año 2030 el 14% de la población mundial, alrededor de 375 millones de personas, podrían terminar perdiendo su empleo como consecuencia de las tecnologías emergentes.
Esas personas se verán obligadas a cambiar de empleo a medida que se vaya produciendo la implantación de la automatización, la robótica y la Inteligencia Artificial en muchos puestos de trabajo.
La investigación va más allá y señala que esas tecnologías emergentes están llamadas a proporcionar un cambio mayor al que se produjo con la llegada de la revolución industrial.
En total, el estudio analizó más de 800 trabajos diferentes en 46 países que equivalen al 90 por ciento del Producto Interior Bruto Mundial.
Susan Lund, partner del McKinsey Global Institute y una de las responsables del informe, explica que la pregunta que debemos hacernos no es tanto si habrá trabajo suficiente para todos en el futuro, sino como las personas, los sectores y los países podrán gestionar los cambios complejos que traerá la automatización en los próximos años.
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