Salir de España y evitar utilizar el teléfono móvil se convirtió durante años en una regla oro, en un pacto silencioso, en una recomendación generalizada para quienes salían de viaje y cruzaban la frontera. Cuanto menos se tocase, mejor. Hasta el pasado mes de junio. Tras una década de trabajo para eliminar las tarifas de itinerancia, la Comisión Europea conseguía introducir el 15 de junio de 2017 nuevos precios para el roaming en los países miembros. Ese día comenzó a aplicarse lo que se conoce como “roam like at home”. O, traducido, la itinerancia como en casa.
¿Qué quiere decir esto? Que aquellas personas que viajan de forma ocasional, básicamente, ya no tienen que pagar un recargo por hacer una simple llamada, enviar mensajes desde el móvil o navegar por internet mientras están fuera. Tampoco tienen que sentirse cohibidos y echar cuentas complicadas. Pueden mantener sus hábitos con el smartphone sin temor a que su factura crezca por cualquier uso de golpe, ya que el operador con el que han firmado el contrato les cobrará el mismo precio mensual que habían acordado pagar dentro su país de origen. Como bien explica el nombre de “roam like at home”, pueden usar el móvil como si no hubiesen salido de casa.
Para los clientes esto supone alivio, libertad, despreocupación, ahorro… ¿Y para los operadores? ¿Cómo ha afectado al negocio de las compañías la nueva regulación europea? “No vemos ningún impacto negativo en el negocio”, comentan a Silicon.es fuentes del Grupo MASMOVIL. “Nuestra red ha sido capaz de absorber todo el tráfico sin perjudicar la experiencia de usuario de nuestros clientes”, aseguran.
“El comportamiento de los usuarios, lógicamente, ha cambiado, acercándose mucho al comportamiento de los propios usuarios del operador”, desvelan desde MÁSMÓVIL, “es decir, siguen patrones de consumo normales sin restricciones del consumo de datos”. En cuanto a cifras puras y duras, en lo que se refiere al uso de internet, “los incrementos han sido muy significativos llegando a multiplicarse los consumos entre 3 y 4 veces”, al menos en el caso de esta compañía de telefonía. Pero “a nivel de minutos de voz, el incremento de consumo ha sido bastante más moderado” durante los primeros meses.
La propia Comisión Europea constata que el cambio está en marcha. “Varios operadores han registrado un importante aumento en el tráfico de datos de los viajeros, que se ha multiplicado varias veces este verano en comparación con el de 2016”, dice el organismo. ¿Cuánto? Pues “de 3 a 6 veces, e incluso más en algunos casos”. Y esto se debe en parte a las nuevas normas.
De acuerdo con los resultados de una encuesta Flash del Eurobarómetro acerca de la itinerancia que se han publicado esta misma semana, en esta primera campaña estival sin costes adicionales, los viajeros ya se han comportado de forma diferente. Para empezar, a nivel general, en Europa, se ha duplicado el número de viajeros que tiran de datos móviles en itinerancia tanto como en casa, hasta llegar al 31 %. Si antes un 42 % nunca usaba los datos cuando estaba en otro país, ahora el porcentaje ha caído al 21 %. También cae la proporción de viajeros que apagan sus móviles, hasta el 12 %. Y también se está notando un auge de las llamadas en itinerancia, si bien menos acusado, como se comprueba en España.
Un estudio de Altran titulado “Zero Roaming. A pitfall of European regulation” (“Roaming cero. Una trampa de la regulación europea”) advierte de que el cambio desde el roaming anterior a la itinerancia como en casa no considera tal y como se debería la estacionalidad. Lo curioso es que el “roam like at home” ha comenzado a aplicarse justo en pleno verano, una época de especial actividad para España por su economía basada en el turismo.
Siempre cabe esperar que tanto en julio como en agosto, por ejemplo, se produzcan picos de tráfico en zonas con playa y las ciudades más importantes del país. Si a esto se le suma que ciudadanos del norte del continente, que proceden de lugares con mayor renta per cápita, se mueven destino al sur para pasar unos días de asueto, la situación se agita mucho más. Los operadores que ahora, con unas nuevas reglas de juego, tienen que cobrar unos precios fijos, también se ven obligados a invertir fuerte en infraestructuras para garantizar la calidad del servicio a todo el mundo. A sus clientes habituales y a los turistas.
En Telefónica creen que todavía es pronto para entrar en valoraciones, si bien especifican que “el tráfico móvil crece por distintos factores”. Uno de ellos es el propio tema del roaming “pero también porque es verano” y “la gente está fuera de sus casas”. O “porque las franquicias de datos son cada vez mayores”. Desde la compañía española indican que, “en todo caso nuestra red está preparada para asumir el crecimiento porque se invierte continuamente en instalar nuevas estaciones base 4G, especialmente en las zonas de mayor demanda como costas e islas”.
Tal y como marcaba la teoría, los operadores han tenido que acometer en Europa diversas actuaciones para asumir la demanda de los viajeros, especialmente en las zonas de mayor concentración turística. En España, concretamente, Orange ha estado mejorando y reforzando infraestructuras poniendo por delante 21,4 millones de euros, según ha desvelado. Ha intensificado el despliegue de 4G en municipios de hasta 2.000 habitantes que tienen perfil vacacional con 246 estaciones nuevas. Y, consciente de las consecuencias del fin del roaming, ha trazado un proyecto para redimensionar su red y asignar más canales de tráfico donde son requeridos, buscando absorber crecidas de tráfico y mantener el servicio.
Microsoft, que en sus declaraciones hablaba de inversiones, también ha ido anunciando mejoras en el servicio móvil que ofrece y el refuerzo de la red en zonas como la Comunidad Valenciana o la Región de Murcia. Solamente estas actuaciones suman 41 millones de euros desde 2016. ¿Y Vodafone? Silicon.es se ha puesto en contacto con esta otra operadora para conocer su experiencia tras la decisión de la Comisión Europea de dar carpetazo al roaming, pero en el momento de escribir estas líneas aún no se había pronunciado al respecto. Sí sabemos, por lo que ha ido publicando, que ha perfeccionado su servicio 4G en lugares como Castilla y León y La Rioja con la intención de preparase para un mayor tráfico de datos en verano. Eso sí, sin nombrar cifras.
Desde Grupo MASMOVIL nos detallan que sus últimos planes de inversión, “que se revisan cada trimestre para adecuar las redes a las necesidades de nuestros clientes”, ya tuvieron “en cuenta el impacto que tiene la nueva normativa de roaming”. Esto le ha llevado a optimizar toda la red de 2G, “lo que significa que la capacidad sobrante de la tecnología de Segunda Generación contribuye a reforzar el 4G y la capacidad de navegación de los clientes”. Por otro lado, ha trazado “un plan de capacidad de verano para reforzar la capacidad en las zonas turísticas y ser capaces de absorber el tráfico de los roomer”, ha actuado sobre la señal cercana a la red vial y ha previsto el incremento de la demanda en zonas que acogen eventos multitudinarios.
“Es interesante también diferenciar los comportamientos entre dos áreas de la red”, plantea MÁSMÓVIL. Esto es, entre “las áreas de costa donde se necesitan recursos adicionales de red debido a este tráfico y las áreas urbanas donde el tráfico de roaming crece, pero no tiene ningún efecto debido al éxodo estival de la población de las ciudades”.
Sea como fuere, los analistas creen que los operadores, en general, acabarán ingresando este año 6.000 millones de dólares menos por roaming móvil. La consultora Juniper Research estima que dichos ingresos rondarán al finalizar este 2017 los 48.000 millones de dólares frente a los 54.000 millones obtenidos el año pasado. Y en ello tendrá que ver directamente la cuestión europea, que provocará una caída del 33 % en los ingresos de roaming.
Los ingresos por datos deberían sufrir una caída global del 11 %. En Europa occidental el descenso será nada menos que del 46 %. ¿Obligará esto a plantear nuevos paquetes de ofertas a las operadoras, a subir sus tarifas, a entablar nuevos acuerdos con otras compañías? ¿Cómo minimizar los efectos del fin del roaming y las consecuencias, asimismo, de la estacionalidad? Algunos temen una “transferencia de renta de pobres a ricos” si los operadores aumentan sus tarifas domésticas para compensar los costes de operación de red. Así, mientras los viajeros ya estarían pagando menos al irse fuera, los que se quedan podrían acabar pagando más que antes.
¿Y cómo se comportarán los usuarios en ese caso? ¿Se rebelarán? ¿Buscarán las lagunas de la normativa y su propio beneficio? ¿Intentarán saltarse la política de uso razonable? Son cuestiones que quedan por resolver a medida que vayan avanzando los meses y la situación se asiente un poco. Aunque no se descarta que algunos clientes prefieran firmar contratos en otros países con tarifas más baratas para usar los servicios en España. Y entonces habrá que ver si se da caza al falso itinerante.
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