El mito de las mujeres ingenieras
¿Dónde están las ingenieras? ¿Y las programadoras? Los informes sobre diversidad que están publicando los gigantes tecnológicos son contundentes: la población femenina continúa vagamente representada dentro de sus plantillas.
Si Ada Lovelace levantase la cabeza… La hija del poeta Lord Byron, que ostentaba el título de baronesa, está considerada como la primera mujer programadora de la historia. De hecho, cada 15 de octubre se aprovecha para recordar sus contribuciones profesionales y, de paso, reivindicar el papel de la mujer dentro de la industria tecnológica. Pero si Ada levantase la cabeza, como decíamos, se encontraría con un panorama bastante triste a nivel de diversidad. Han pasado más de 150 años desde su muerte, pero a pesar de los avances sociales que se han ido consiguiendo, la atribución de puestos técnicos al sector femenino dentro de grandes y pequeñas empresas continúa siendo pobre.
Y no lo decimos nosotros, lo corroboran los números de las propias compañías. Durante las últimas semanas, el gigante online por excelencia, Google, las tres principales redes sociales con impacto internacional, Facebook, Twitter y LinkedIn, y otras firmas igual de conocidas como Yahoo! y Pinterest han publicado sus respectivos informes de diversidad. De sus recuentos podemos sacar una serie de conclusiones realmente significativas. ¿Por ejemplo? Que en todas ellas el perfil del trabajador medio es el de un varón de raza blanca.
¿Dónde están las mujeres que saben código?
Pero profundicemos un poco más. Si comparamos las plantillas de estos seis representantes de la industria tecnológica moderna, vemos que Pinterest es la que más defiendo el equilibrio de “fuerzas” sobre el papel. O al menos lo estaría intentando. De cada 100 personas que trabajan para esta plataforma con gran carga fotográfica, que anima a compartir y recolectar imágenes alrededor de la web, 40 son mujeres. Además, el 66% de los puestos de negocio también lleva nombre de mujer. Esta apuesta por la incorporación de talento femenino a su plantilla debería entenderse como un beneficio para su negocio, y no sólo como un golpe de efecto, ya que la mayoría de los usuarios de Pinterest son mujeres. Pero la situación no es perfecta.
A la hora de analizar perfiles puramente tecnológicos, las cosas comienzan a complicarse. ¿Se debe a la escasez de mujeres especializadas en estudios técnicos? ¿Por una falta de integración? ¿Por el triunfo de los estereotipos? ¿Porque no existen políticas de contratación más concienciadas? La realidad es que sólo el 21% de los empleos que requieren algún tipo de competencia tech dentro de Pinterest recae actualmente sobre mujeres. Esta cifra mejora un poco en lo que respecta a la contratación de becarios, subiendo hasta el 32%. Pero lo más preocupante de todo es que se trata de una representación exigua que se repite empresa tras empresa.
El 83% de los puestos tecnológicos en Google son desempeñados por hombres, exactamente la misma proporción que en la red social para profesionales LinkedIn. En Facebook hay un 85% de hombres con responsabilidades tecnológicas y un 15% de mujeres a las que se les asigna tareas idénticas. Y en Twitter sólo 1 de cada 10 de estos puestos son confiados a mujeres. Ni siquiera la Yahoo! de Marissa Mayer, que fue elegida CEO en 2012 para comandar su reestructura, consigue convertirse en la excepción honrosa del grupo. Como ocurre en Facebook, su balanza entre hombres y mujeres cae del lado de los primeros con un 85% de peso.
Pocas directivas
Si nos salimos de los informes oficiales de Google, Facebook, Twitter, LinkedIn, Yahoo! y Pinterest, el ideal de mujeres ingenieras o que sepan programar y sacar adelante proyectos de software brilla por su ausencia. Según una tabla alojada en GitHub en la que se han ido compartiendo los datos de un buen puñado de organizaciones más o menos conocidas, de manera colaborativa y por iniciativa de la ingeniera de software en Pinterest Tracy Chou, las diferencias entre sexos se corroboran. El propio repositorio web GitHub cuenta con poco más de un 6% de mujeres ingenieras, con una decena de “elegidas” entre un total de 160 ingenieros. Y no es el peor de los escenarios.
En Reddit y Snapchat, donde el grupo de ingenieros se reduce a menos de 15 personas, sólo hay 2 que son mujeres por cada plantilla. Bitly tiene a 1 ingeniera. Y en 37signals no habría ninguna. Entre Airbnb, Medium, Indiegogo, Foursquare, Flipboard, Hootsuite, Wikimedia y Quora suman medio centenar de ingenieras, por orden de contribución, sobre un total de 420 puestos a cubrir. En plantillas más voluminosas, como la que tiene el fabricante de chips Qualcomm en Austin, la Fundación Mozilla, Yelp o Dropbox el porcentaje de mujeres que se mueve como pez en el agua frente a este tipo de labores no sube nunca del 10%. Va desde el 8,62% de Dropbox al 5,54% de Qualcomm.
Es evidente que queda mucho por cambiar si se quiere promover la inserción laboral de las mujeres en la industria. Y no sólo a nivel tecnológico, también a la hora de tener en cuenta a las candidatas femeninas para asumir puestos de responsabilidad. Para muestra, más datos: tres cuartas partes de los directivos de LinkedIn son hombres, casi tres cuartas partes de los directivos de Facebook y Yahoo! son hombres, apenas una quinta parte de los directivos de Google y Twitter son mujeres y sólo el 19% de los directivos de Pinterest son mujeres.
Educación para el cambio
Para intentar feminizar su fuerza laboral, las propias empresas que deben realizar las contrataciones han comenzado por reconocer que queda trabajo por hacer. Y no poco. El objetivo no es contratar mujeres por incrementar el número actual sin más, por mera figuración, sino alimentar su interés por la tecnología y garantizar que tanto ellos como ellas sean seleccionados por su competencia. Por una parte, se respaldan iniciativas externas como Change the Ratio o la celebración de eventos al estilo de la Grace Hopper Conference. Por su puesto, también se están activando colaboraciones con instituciones educativas del calibre del Anita Borg Institute, enfocado a formar a chicas.
En Nueva York y Stanford han nacido las iniciativas Girls Who Code y Girls Teaching Girls to Code, respectivamente, que traducido significaría “Chicas que programan” y “Chicas que enseñan a chicas a programar”. Google quiere multiplicar la cifra de mujeres que manejan código con el proyecto Made with Code, al que ha destinado 50 millones de dólares, y cuenta en su estructura con la formación Women@Google compuesta por 4.000 empleadas dispuestas a ejercer de tutoras. Las trabajadoras de Twitter, donde se han generado movimientos como el de ingeniería WomEng, el de diseñadoras TwUX y el de sabor latino Alas, celebran cenas geek femeninas. Y otras firmas como LinkedIn también le sacan el lado divertido al idear el hackday anual DevelopHer. ¿Suficiente o no?