¿El adiós de Internet Explorer?
A pesar de que Internet Explorer conserva buena parte del mercado de navegadores, Microsoft podría estar pensando en ‘liquidar’ este emblemático programa
Parece que Internet Explorer tiene los días contados. Microsoft está desarrollando un nuevo navegador que llegará de la mano de Windows 10 y que será completamente diferente del actual programa. No obstante, no sustituirá directamente a aquel, sino que se lanzará junto a la nueva versión de Internet Explorer, como un producto complementario.
Hace apenas dos meses informábamos acerca del liderazgo de Internet Explorer 11. El navegador de Microsoft había conseguido desbancar a su ‘hermano mayor’, Internet Explorer 8, como software más popular a la hora de moverse por la red, según un análisis de Net Applications. Además, entre todas las versiones de Internet Explorer, controlaba una cuota de mercado del 58,5%, muy lejos de Chrome (21,6%), Firefox (13,9%) o Safari (5,1%).
Si esas cifras fueran ciertas, Internet Explorer controlaría más de la mitad del mercado, por lo que podríamos pensar que se trata de una cuota interesante. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el navegador viene de un liderazgo casi absoluto, gracias a la posición hegemónica del sistema operativo Windows. Además, otros estudios indican un retroceso mucho mayor. Si atendemos a los datos registrados por StatCounter, su uso habría caído hasta el 19,3% en octubre, colocándose muy por detrás de Chrome (47,6%) y con la amenaza de Firefox ya en los talones (17%).
En cualquier caso, resulta evidente que el navegador ha ido perdiendo peso entre los usuarios. La siempre discutida vulnerabilidad en la seguridad de Internet Explorer y la abierta antipatía que se granjeó en buena parte de la comunidad internauta, especialmente entre los usuarios más activos, experimentados e influyentes, acabaron por minar su dominio.
Ahora, la compañía quiere dar un giro de timón. Y la mejor forma de hacerlo es barrer la casa, partiendo de cero. De este modo, tras los rumores de los últimos meses, que apuntaban hacia una renovación total de Internet Explorer, la empresa de Redmond ha decidido crear un nuevo producto, deshaciéndose de las viejas e indeseadas herencias del viejo software. Pero la compañía sabe que no puede dejar ‘colgada’ a la enorme comunidad de usuarios que siguen siendo fieles a su Internet Explorer, por lo que parece que hará convivir el nuevo navegador -conocido internamente como ‘Spartan’- con la próxima versión de su software tradicional, como informábamos hace unos días. Además, el cambio podría traer algunos problemas de incompatibilidades, por lo que conviene que Internet Explorer coexista con el nuevo navegador durante un tiempo.
Spartan responderá a un modelo más actual, en línea con otros productos como Chrome o Firefox. Así, será compatible con todo tipo de dispositivos, en coherencia con la filosofía ‘One Microsoft’, que guía la concepción del próximo sistema operativo de la compañía. Se trataría de un software más ligero y podría incluir novedades como la compatibilidad con extensiones y un nuevo diseño más actual. Además, sería multiplataforma, pudiendo ser instalado por usuarios de sistemas operativos ajenos a Microsoft. En el plano técnico, parece que el navegador va a seguir utilizando el motor Chakra JavaScript, así como el motor de renderizado Trident, según informa ZDNet.
Tal vez el nuevo navegador arrranque como un producto complementario, pero todo parece indicar que es un clavo más en el ataúd de Internet Explorer. Así, un artículo de CNN se atreve a afirmar que “Internet Explorer debe morir”. El programa no ha sido capaz de resistir el empuje del resto de navegadores, especialmente en el ámbito de la telefonía móvil, donde la experiencia de usuario es muy distinta, pues el internauta busca una interfaz ágil y ligera. Microsoft tal vez haya pensado que lo mejor es hacer borrón y cuenta nueva. La aparición de Spartan, sea cual sea su nombre definitivo, puede estar anunciando los últimos estertores del navegador que nos ha acompañado desde los primeros pasos de la ‘red de redes’.