Gestión de parkings, descongestión del tráfico rodado, robo-taxi, entregas y reparto de última milla, transporte multimodal (público/compartido/dos ruedas)… Bosch es una compañía muy diversificada que vende transversalidad, capaz de conectar muchas cosas, principalmente el coche y la casa. Sus 7.000 millones de inversión anual en I+D le permite disponer de su propia nube privada y de su proyecto de coche autoconducido, pero su política abierta de alianzas la sitúa como un actor clave en el Internet of Things y en el ámbito de las Smart-cities no solo a nivel europeo, sino mundial. Su presencia en España también significa negocio para las fábricas de sensores y el centro de ayuda en carretera. Compartimos una serie de cuestiones con Lorenzo Jiménez, responsable de Marketing Mobility Solutions de Bosch en España, y estas fueron sus respuestas.
Bosch es una compañía muy diversificada que vende transversalidad, capaz de conectar muchas cosas, principalmente el coche y la casa. Dicen que la media de chips de Bosch por coche es de nueve. ¿Cuál es la situación actual?
Nuestro objetivo es proporcionar soluciones más seguras, confortables y eficientes para la energía, la movilidad, la industria y el hogar inteligente. Queremos hacer que la vida de las personas sea mejor y más sencilla, y la clave para esto es la conectividad. Un elemento fundamental para ello es la contribución de Bosch con nuestros sensores “MEMS” (Micro-Electro-Mechanical Systems), que se encuentran en diferentes aplicaciones de electrónica en la automoción y el consumo. Desde 1995, Bosch ha producido 8.000 millones de sensores MEMS, actualmente a un ritmo de más de 1.000 millones por año. De ellos, el 75% se encuentran presentes en electrónica de consumo y de comunicaciones, como, por ejemplo, smartphones, tablets, videoconsolas, drones, etc. Efectivamente, en 2016, cada automóvil de nueva matriculación en el mundo incorporaba, de promedio, más de nueve sensores de Bosch. Al aumentar la electrificación, la conectividad y la automatización, se prevé que la cantidad de estos productos electrónicos irá rápidamente en aumento, incluso en vehículos pequeños.
Su programa 3S se mueve entre sensores, software y servicios: ¿tenéis ya todo vuestro catálogo preparado para el IoT? ¿Disponéis de vuestra propia nube para ello?
En Bosch nos hemos fijado el objetivo de convertirnos en una de las principales empresas mundiales en IoT. Actualmente, más del 50% de nuestros productos electrónicos están ya preparados para Internet y el objetivo para 2020 es el 100%. El año pasado lanzamos nuestra propia ‘nube’ para los servicios basados en la Web. En la “Bosch IoT Cloud” ejecutamos varias aplicaciones para la movilidad conectada, la industria conectada y los edificios conectados. Tener nuestra propia nube significa que en Bosch contamos ahora con la infraestructura adecuada y somos un proveedor de servicios completo para la conectividad y el Internet de las Cosas.
Hay cuatro escenarios vitales del IoT: el automóvil, la Industria 4.0, la domótica y los electrodomésticos. Puedes situar a Bosch en cada uno de ellos con ejemplos concretos…
En Bosch tenemos ejemplos para cada escenario, pero lo que pretendemos en el mundo del IoT es la conectividad entre los diferentes escenarios. Este sería un ejemplo cotidiano de cómo nos planteamos en Bosch el IoT: Salimos de trabajar, nos montamos en el coche y, en ese momento, nuestro vehículo conecta con nuestra caldera para encender la calefacción y que cuando lleguemos a casa, ésta se encuentre a la temperatura deseada. Seguimos conduciendo y vemos en el display del coche que un transportista está llamando a la puerta de casa para entregarnos un paquete. Aunque no hay nadie en casa, esto no supone un problema, ya que a través de nuestra cámara de videovigilancia podemos mantener una videoconferencia con él, abrirle la puerta desde el coche y permitirle que nos deje el envío. Unos minutos más tarde, decidimos que nos apetece cenar pasta. Entonces conectamos con nuestro asistente de Bosch en la cocina, Mykie, que nos puede enviar a la pantalla del coche diferentes recetas para que elijamos la que más nos apetece y los ingredientes necesarios. Una vez decidida, conectamos con nuestro frigorífico y podemos ver a través de su cámara si tenemos los ingredientes necesarios para la receta y realizar el pedido online. Cuando llegamos a casa, a través del servicio de aparcamiento comunitario de Bosch, nuestro coche nos proporcionará un mapa digital con las plazas de aparcamiento que se encuentran libres en la proximidad, y el navegador nos dirigirá a la más cercana. Además, el coche también estará conectado con el taller y le notificará cuándo es necesaria una revisión, reservará cita en el taller y asegurará que estén disponibles las piezas de recambio necesarias.
Explica más en detalle los tres ejes en que se basa esta movilidad: automatización, electrificación y conexión.
Nuestra visión del coche de aquí a unos pocos años, es que será electrificado, automatizado y conectado. Y esto se corresponde con nuestra visión de la movilidad del futuro: sin accidentes, sin emisiones y sin estrés. Además, cada vez gana más importancia en la movilidad, principalmente en la urbana, la intermodalidad.
Respecto a la automatización, pensamos que ayudará de manera muy importante a reducir los accidentes de tráfico. Según estudios de Naciones Unidas, más del 90% de los accidentes de tráfico son achacables al error humano. Según nuestros propios estudios, el coche automatizado podría reducir los accidentes en más de una tercera parte. Así, además de nuestros propios desarrollos en este campo, estamos trabajando junto con Daimler en el lanzamiento de vehículos totalmente automatizados y sin conductor para circular por las calles de las ciudades. El objetivo es que, a principios de la próxima década, los coches puedan conducir por las ciudades de manera totalmente autónoma
La mejora de la calidad del aire en las ciudades, donde se estima que, en 2050, vivirá el 70% de la población mundial, es una tarea que también nos preocupa, de ahí que busquemos a través de la electromovilidad una movilidad libre de emisiones contaminantes. Además de los miles de millones invertidos en la mejora de los motores de combustión, la empresa destina unos 400 millones de euros al año en la búsqueda de nuevos avances en el campo de la electromovilidad. La mayor parte de estas inversiones van dirigidas a la investigación y desarrollo de la batería.
Finalmente, la conectividad está convirtiendo el coche en el tercer espacio vital, junto a la casa y el trabajo. Hasta el 2022, el mercado mundial de la movilidad conectada crecerá a un ritmo cercano al 25% anual. En pocos años, los coches se convertirán en una parte activa del IoT y serán capaces de comunicarse con el hogar inteligente, con el taller, con otros vehículos y con la infraestructura.
Háblanos de proyectos concretos de movilidad: e.Go, e.Schealbe, e.Scooters, e.Bike, e.Call…
Para vehículos eléctricos ligeros de dos, tres y cuatro ruedas, Bosch ha desarrollado un sistema compacto de propulsión eléctrica que puede alimentar dos ruedas, como el scooter E-Schwalbe, y también pequeños vehículos de cuatro ruedas como el e.Go. Además, las entregas de paquetería en las grandes ciudades se están electrificando cada vez más. Bosch también ha lanzado recientemente un servicio de e-scooter sharing en Berlín y Paris.
La bicicleta eléctrica, o eBike, está creciendo en popularidad y como solución a la movilidad urbana. Bosch es el mayor proveedor de sistemas de propulsión eléctrica, haciendo que el ciclismo sea más relajante, permitiendo recorrer distancias más largas y llegar al lugar de destino más fresco, algo importante cuando se trata de una alternativa de movilidad dentro de las ciudades. La mitad de todos los desplazamientos que se realizan en coche son de 5 km o menos. De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental, las emisiones de CO2 de un automóvil son alrededor de 40 veces superiores que las de una bicicleta eléctrica. Las bicicletas eléctricas dejan atrás los atascos y no tienen que preocuparse por encontrar sitio para aparcar. Además, los costes de combustible, primas de seguros, impuesto de matriculación o tarifas de aparcamiento son cero. Solamente el coste del combustible para un coche con motor diésel es actualmente alrededor de 7 euros por cada 100 km. Recorrer 100 km en una bicicleta eléctrica tendría un coste de alrededor de 0,25 euros.
¿Qué alianzas (SAP, Software AG, IBM, General Electric, Amazon…) y proyectos está haciéndose respecto al coche autoconducido?
En Bosch tenemos nuestro propio proyecto independiente de desarrollo del coche automatizado, con unos 3.000 ingenieros propios trabajando en ello y con prototipos circulando por las carreteras de Alemania, Estados Unidos y Japón. No obstante, sí hemos llevado a cabo diferentes alianzas con distintas empresas para determinados proyectos.
Así, por ejemplo, en el campo de la navegación, trabajamos conjuntamente con TomTom en el desarrollo de mapas de gran precisión que resulten válidos para la conducción automatizada. Fruto de esta alianza –desde 2015– hemos conseguido un importante avance en el desarrollo de mapas de alta resolución, al ser los primeros en crear un mapa de carretera utilizando las señales del radar del automóvil, lo que permitirá a los vehículos automatizados determinar de manera fiable su ubicación en cualquier momento y con una precisión de escasos centímetros.
Un aspecto muy importante en la conducción automatizada será dotar a los vehículos de inteligencia artificial. En este campo, Bosch está colaborando con la compañía estadounidense Nvidia en el desarrollo de un ordenador de a bordo con inteligencia artificial, que puede reconocer y evaluar situaciones complejas de tráfico y que almacene todo lo que aprende mientras se conduce en redes neuronales artificiales.
Junto con Daimler, estamos trabajando conjuntamente para avanzar en el desarrollo de vehículos totalmente automatizados sin conductor. Las dos compañías han acordado establecer una alianza para el desarrollo que tiene como objetivo final hacer realidad un sistema de vehículos totalmente automatizados (SAE-Nivel 4) y sin conductor (SAE-Nivel 5) en las calles de la ciudad para el comienzo de la próxima década. El objetivo es el desarrollo conjunto de software y algoritmos para un sistema de conducción autónomo. Dentro de un área urbana predeterminada, la gente podrá utilizar sus smartphones para reservar un coche compartido o un taxi urbano automatizado, que llegará hasta donde ellos se encuentren, listos para llevarlos a su destino.
También Bosch y Daimler acaban de lanzar un proyecto piloto en en el parking del museo Mercedes-Benz en Stuttgart (Alemania) de servicio de aparcamiento automatizado. Con un comando realizado desde un smartphone, los conductores pueden ahora aparcar automáticamente su coche en las plazas asignadas sin tener que vigilar los movimientos del vehículo. A partir de principios de 2018, los visitantes podrán experimentar este servicio personalmente en el parking del museo, y ahorrar el tiempo que hubieran perdido aparcando. Una vez que el sistema inteligente ha identificado el vehículo, el coche arranca y es guiado automáticamente hasta el espacio asignado.
Además, mediante acuerdos con Vodafone, Telekom, Huawei y Nokia, Bosch está trabajando en la infraestructura para el tráfico automatizado y conectado. Por ejemplo, está realizando pruebas para encontrar una comunicación inalámbrica fiable de vehículo a vehículo.
¿Cuándo veremos robo-taxis o coches solos circulando? ¿Qué escollos principales crees que hay o va a haber?
Respecto a la previsión sobre cuándo veremos coches automatizados en las carreteras, nuestro roadmap sería el siguiente: en situaciones de baja velocidad, como atascos o aparcamiento, el próximo año se verán los primeros. En cuanto a un nivel 4 de automatización, como puede ser un piloto automático para autopistas, nuestro objetivo es poderlo tener listo en el año 2020. Si hablamos de robotaxis, el objetivo del proyecto junto con Daimler sería a principios de la próxima década. Finalmente, la conducción completamente automatizada, el nivel 5, no la vemos factible antes de 2025.
Respecto a los retos que hay que afrontar y solucionar, destacaría la creación del marco legal que permita este tipo de conducción, algo que corresponde a la Administración Pública.
Respecto a los requerimientos técnicos, la conducción automatizada requiere el uso extensivo de robustos sensores de entorno que aseguren una cobertura de 360º para detectar todo lo que sucede alrededor del vehículo. Esto lo conseguiremos combinando las tecnologías de sensores existentes actualmente, como radar, lidar y cámara de vídeo. Por otro lado, tenemos que disponer de un sistema capaz de tomar las decisiones correctas en cada situación, ayudado de una arquitectura del vehículo que asegure una conexión entre los sistemas redundantes necesarios en elementos clave del coche como los frenos, la dirección o el suministro de energía. Otro reto importante se centra en la precisión de los mapas de navegación, ya que mientras que para una conducción en autopista basta con una precisión longitudinal, por ejemplo, de un metro, ya que las distancias entre vehículos son mayores, en ciudad esa precisión debe de ser de centímetros. Además, los mapas deben de estar actualizados en tiempo real para detectar e informar sobre posibles peligros, lo que supone también una comunicación Car2X (vehículo–infraestructura). Otro tema importante es el de la ciberseguridad en el vehículo para evitar posibles ataques de hackers externos.
Finalmente quedaría el conflicto ético, donde sería necesario un consenso global, o lo que podríamos denominar una “comisión ética” –ya implantada, por ejemplo, en Alemania– que sirva de guía a los ingenieros a la hora de realizar su trabajo.
Tecnológicamente, ¿qué tenéis que contar en la comunicación humano-máquina?
La digitalización y la robotización cambiarán la forma de trabajar y el perfil de determinados puestos. Por ejemplo, con la Industria 4.0 buscamos que nuestros operarios pueden realizar sus tareas más fácilmente. Vivimos en tiempos de cambios y debemos aprovechar las nuevas oportunidades. Como empresa es nuestra responsabilidad formar adecuadamente a nuestros empleados.
De vender componentes de automoción, a vender “movilidad” en general en ciudades congestionadas. ¿Cómo se activan vuestras ventas cruzadas y previsiones de ingresos?
La demanda de conceptos de movilidad inteligente para el entorno urbano está aumentando rápidamente en todo el mundo. Las megaciudades están llenas y alcanzando su punto álgido. En muchos lugares, hay una amenaza de paralización total. Para el 2050, habrá más de 6.000 millones de personas viviendo en megaciudades, el doble que ahora y el tráfico urbano se habrá triplicado. Con el crecimiento urbano que esto implicará, también habrá un número creciente de problemas. Más y más personas en una cantidad limitada de espacio, también significará más tráfico y, por lo tanto, más contaminación, menos espacio verde, más ruido, y más tiempo perdido en el tráfico.
Con soluciones tecnológicas, Bosch puede ayudar a mejorar la calidad de vida en las megaciudades y las conurbaciones. El principal medio para este fin es la movilidad libre de emisiones, libre de estrés y libre de accidentes. Además de las soluciones de movilidad, ofrecemos de seguridad con nuestras videocámaras, soluciones de eficiencia energética en calefacción y aire acondicionado para edificios residenciales, para el comercio y la industria. Cuando se trata de desarrollar y poner en marcha servicios para el mundo conectado, la amplia cartera de negocios de Bosch supone una gran ventaja, gracias a su amplia experiencia en software y sensores. Estamos conectando los coches con las casas e interconectando ciudades enteras. Para este tipo de tareas, Bosch contribuye con sus conocimientos técnicos derivados de una amplia gama de dispositivos de una manera que ninguna otra compañía puede ofrecer. En el periodo que comprende desde ahora hasta 2020, el mercado de las ‘smart cities’ crecerá un 19% anual, alcanzando un volumen de 700.000 millones de euros. En sus proyectos de venta cruzada, Bosch ha duplicado sus ventas en este sector en los últimos dos años.
¿Cuánto está dedicando Bosch a I+D?, ¿qué cuota de ingresos supone ahora el tema de Smart-city? ¿Se pueden hacer proyecciones para 2020-2025?
El año pasado, Bosch incrementó sus gastos en investigación y desarrollo hasta situarlos ligeramente por debajo del 10% de su cifra de ventas, equivalentes a 7.000 millones de euros. No podemos dar la cifra de ventas desglosada para lo que sería Smart-city, ya que engloba diferentes partes de áreas empresariales y divisiones.
Tenéis muchos proyectos en marcha sobre Smart-city, pero no costa ninguna experiencia en concreto en España…
Actualmente, Bosch está llevando a cabo 14 proyectos piloto relacionados con las ciudades inteligentes, incluyen proyectos urbanos en Singapur, San Francisco, Berlín y Hamburgo. Siete de estos proyectos incluyen soluciones de movilidad urbana. Aparte del aparcamiento conectado y de la gestión de flotas, estas soluciones también implican electromovilidad y transporte multimodal.
La fábrica de Madrid en Hermanos García Noblejas ¿tiene algún cometido especial en todo esto de la sensorización? ¿Hay algún laboratorio o esquipo específico de investigación en Vigo, Barcelona o Madrid?
La fábrica de sensores de Bosch en Madrid es un avanzado centro de producción especializado en la fabricación de sensores para diversas aplicaciones, especialmente relacionadas con el automóvil que incorporan los vehículos de los principales fabricantes de automóviles a nivel mundial. La fábrica produce sensores de aceleración para los sistemas de airbag -de los que ya ha superado la cifra de 400 millones de unidades producidas- y sensores de ultrasonidos -que este año celebrará la producción de 200 millones de unidades-, y que son un componente clave para el aparcamiento y la conducción automatizada.
Bosch tiene otra planta de automoción en la Comunidad en Madrid, así como dos en Cataluña (Llica y Castellet), y otra en Cantabria (Treto). Tenemos un equipo de I+D de apoyo para las fábricas en Madrid. Además, desde nuestro “Communication Center” en Barcelona se ofrece el servicio de llamada automática de emergencia e-call a diferentes fabricantes y para varios países.
Semiconductores, circuitos integrados, chips, sensores… de eso vivirá el IoT. ¿Cuáles son las últimas innovaciones en el cluster de Dresde (Silicon Saxony, Alemania) que aúna universidad, industria de automoción y servicios?
Bosch está construyendo una nueva fábrica de semiconductores en Dresden (Alemania) para satisfacer la demanda generada por el creciente número de dispositivos con tecnología “Internet of Things” (IoT) y aplicaciones de movilidad, que estará dedicada a la fabricación de chips sobre la base de obleas de 12 pulgadas. Como emplazamiento industrial, el estado de Sajonia ofrece excelentes condiciones para mejorar nuestra experiencia en el campo de los semiconductores. El ‘cluster’ de microelectrónica de Dresden, también conocido como “Silicon Saxony”, es inigualable en Europa. Incluye proveedores de automoción y proveedores de servicios, así como universidades que ofrecen su experiencia tecnológica. Además, la iniciativa ‘Digital Hub’ lanzada por BMWi pretende hacer de Dresden un ecosistema del IoT. Bosch tiene la intención de colaborar estrechamente con las empresas locales y, de esta manera, reforzar no sólo a Alemania, sino también la posición de Europa como potencia industrial.
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