A fondo: La carta de despido de Intel a 12.000 trabajadores
De aquí a 2017, 1 de cada 9 trabajadores de Intel abandonará la compañía con motivo de una reestructuración que quiere mirar a la nube y los dispositivos inteligentes, dejando atrás al PC.
“Desde que me convertí en CEO hace casi tres años, he estado trabajando con nuestro equipo de liderazgo y todos vosotros para transformar nuestra empresa desde una compañía de PC a una compañía que potencia la nube y miles de millones de dispositivos informáticos inteligentes y conectados”. Así comienza el email que Brian Krzanich, el hombre que sustituyó a Paul Otellini al frente de Intel en 2013, ha enviado hace tan sólo unas horas a la plantilla de una de las mayores compañías tecnológicas del mundo. Un email que no trae buenas noticias para muchos de ellos. El 11 % de los trabajadores actuales acabará fuera de Intel en meses venideros con motivo de “una iniciativa de reestructuración que permitirá a Intel intensificar nuestras inversiones en los productos y las tecnologías que impulsan nuestro crecimiento, para favorecer negocios de móvil y PC más rentables”, en palabras de Krzanich.
En total serán 12.000 las personas que se quedarán sin trabajo. Los afectados todavía no saben quiénes serán ni cuándo dejarán de formar parte de Intel, ni en qué términos. La intención del gigante de Santa Clara es tramitar la mayor parte de las comunicaciones sobre la reducción de plantilla en un plazo de 60 días, aunque este proceso que pretende combinar “bajas voluntarias e involuntarias” no finalizará hasta 2017. “Éstos no son cambios que tomo a la ligera. Estamos diciendo adiós a colegas que han jugado un papel importante en el éxito de Intel”, asegura Brian Krzanich en su email. “Estamos profundamente comprometidos a ayudar a nuestros empleados durante esta transición y lo haremos con la mayor dignidad y respeto”, indica, antes de remarcar que el anuncio de reestructuración “trata de acelerar nuestra estrategia de crecimiento. Y consiste en impulsar el cambio a largo plazo para establecer a Intel aún más como líder del mundo inteligente y conectado. A medida que llevamos a cabo esta transformación, hay una extraordinaria oportunidad por delante”, dice un Krzanich seguro de que persiguiendo nuevos objetivos y a raíz de estos cambios “vamos a emerger como una empresa más productiva con un alcance más amplio y una ejecución más nítida”.
Su estrategia se basará en negocios muy concretos como el de los centros de datos y el Internet de las Cosas, identificados como “los motores primarios de crecimiento de Intel” que “en combinación con la memoria y FPGAs dan forma y alimentan un círculo virtuoso de crecimiento” y compensan la pérdida de peso que lleva años experimentando el PC, que durante el primer trimestre de 2016 ha vuelto a repetir caídas en los envíos. “Juntos, estos negocios entregaron 2.200 millones de dólares al crecimiento de los ingresos el año pasado, constituyeron el 40 % de nuestros ingresos y la mayoría de nuestros beneficios de explotación”, recuerda el CEO de Intel a sus aún empleados. De ahí que estos segmentos se hayan convertido en los referentes de futuro de Intel y nos podamos imaginar qué profesionales van a sufrir más los recortes previstos. Krzanich asumió la dirección de la compañía en un momento difícil y desde entonces se ha propuesto corregir sus defectos en cuestiones como el desarrollo móvil donde competidores como ARM Holdings y unos diseños elegidos con insistencia por muchos fabricantes de smartphones le habían ganado la partida. Con esta nueva orientación, Intel incrementará sus inversiones en la nube, en dispositivos conectados, en memoria y en home gateways, pero también en el sector de los juegos y en dispositivos 2-en-1.
A principios de este mismo mes de abril ya confirmó la compra de la empresa italiana YogiTech, especializada en seguridad funcional y con recursos que le permitirán mejorar sus trabajos con sistemas autónomos y el Internet de las Cosas en general. Tan sólo unos días antes la firma californiana, inmersa en plena transformación, introducía nuevos procesadores Xeon y unidades de almacenamiento de estado sólido orientados al cloud computing con motivo del Intel Cloud Day, lo que evidencia el camino que quiere recorrer de ahora en adelante y cuál es su visión a largo plazo. “Nuestros resultados manifiestan una estrategia que funciona y una base sólida para el crecimiento. Nuestra oportunidad ahora consiste en acelerar nuestro ímpetu y construir sobre nuestras fortalezas”, adelanta el CEO de la compañía en el mensaje que se ha trasladado a los trabajadores. “Pero esto requiere algunas decisiones difíciles”, como poner punto y final a la relación contractual con muchos de ellos.
Ésta no es la primera vez que hay que asociar el nombre de Intel con recortes masivos. En 2014, por ejemplo, los problemas del PC y la orientación hacia nuevas áreas de negocio dieron al traste con unos 5.000 puestos, entre los que se incluían jubilaciones y otras fórmulas de eliminación de personal. Se calcula que deshacerse ahora de más del doble de trabajadores le supondrá a Intel un ahorro de 750 millones de dólares. Eso en 2016, ya que se habla también de una tasa de 1.400 millones para mediados 2017. En cuanto a los resultados financieros de los tres primeros meses del año fiscal 2016, ya se han hecho oficiales. A pesar de que el tema de la reestructuración es lo más llamativo de todo lo que Intel ha anunciado, hay que enmarcarlo dentro del reporte de resultados para el Q1, que se ha saldado con alrededor de 13.700 millones de dólares y 2.000 millones de dólares en ingresos y beneficios GAAP, respectivamente. La unidad de negocio IoT es la única que ha crecido tanto a nivel secuencial como interanual, aunque quienes más dinero aportan son los grupos de Client Computing y Data Center. Estos resultados “cuentan la historia de la transformación estratégica en curso de Intel, que está progresando bien y se acelerará en 2016”, dice Krzanich en nombre de Intel, que además de reducir su plantilla global tendrá que buscar nuevo CFO. Y es que Stacy Smith dejará de ser el director financiero de una firma en revolución.