El progreso que introduce la tecnología con sus avances, y la evolución constante de la propia tecnología, obliga a las compañías a adaptarse si no quieren que la competencia las barra de golpe. La transformación del ambiente de trabajo, que tiende cada vez más hacia la digitalización, se ha convertido en una cuestión de supervivencia. También viene provocada por la necesidad de integrar a las nuevas generaciones (y sus demandas) en el mundo laboral. Los jóvenes de hoy en día se crían rodeados de gadgets. Se manejan con soltura con aquellos recursos informáticos que sus padres y abuelos conocieron a edades más maduras. Aprenden a navegar por Internet al tiempo que descubren el mundo. Se relacionan con menor reparo por redes sociales, no necesitan acudir a un comercio físico para hacer sus compras y tienen interiorizado los gestos para sacar partido a las pantallas táctiles. Son seres totalmente tecnológicos. Son nativos online a los que poco hay que explicarles cuando se conectan a la Web.
Aquellos profesionales que nacieron a finales del siglo XX forman parte de la Generación Y, la Generación del Milenio. Son Millennials que han nacido ya con ordenadores y teléfonos móviles en sus casas. Se trata de personas con hábitos de uso tan interiorizados que esperan ver ciertos adelantos en la oficina cuando se incorporan a las filas de una empresa. ¿Cómo se puede cumplir con sus expectativas? En Silicon.es os dejamos cinco recomendaciones:
1. Busca en el sitio correcto. Los Millennials conocen perfectamente cuál es el potencial de Internet. Usan las redes sociales para entablar relaciones a pesar de la distancia física que existe con los demás internautas y se descargan múltiples aplicaciones que los mantienen conectados con el mundo de forma permanente. Eso quiere decir que también van dejando un rastro con su actividad que podrás recomponer para conocer algo más sobre aquellos candidatos que sondea tu equipo de Recursos Humanos. Investiga más allá de la superficie. Bucea en la Red y busca información que te permita conocer otras facetas de quienes consideras que podrían ser buenos futuros empleados. Comprobar qué música escucha alguien en plataformas como Spotify, qué temas discute con otros usuarios en Twitter o las comidas a las que hace fotografías en Instagram, por ejemplo, te permitirá conocer más detalles de su personalidad, su forma de pensar y su estilo de vida. A la hora de integrar una nueva “pieza” en un equipo de trabajo no sólo pesará su currículo profesional y las notas académicas. ¿Has pensado si tu favorito tiene algo común o si congeniará con los demás? ¿Comparte tu misma filosofía de vida (y de negocio)?
2. Abandona el papel. Si lo que quieres es savia nueva, no puedes seguir repitiendo procesos del siglo pasado que no están optimizados para maximizar la productividad. Tienes que evolucionar. Una empresa que no se ha digitalizado puede resultar “vintage” o incluso curiosa, pero nunca especialmente atractiva para un Millennial para enrolarse en su plantilla. Di adiós al papel o, cuanto menos, minimiza su uso a lo absolutamente imprescindible. Haz una auditoría que te permita analizar cuántos folios gasta tu empresa al trimestre, el coste que supone depender de documentos impresos y los fallos de gestión que se van acumulando con el paso del tiempo, y sobre todo, que te permita implantar cambios. Configura permisos de impresión específicos para cada empleado. Apuesta por el material reciclado. Renueva tus equipos, reemplazándolas por máquinas más eficientes energéticamente y respetuosas con el medio ambiente, teniendo en cuenta además que los Millennials valorarán tu compromiso social. Súbete a la nube. Y usa la administración electrónica. A medida que vayas dejando atrás metodologías anticuadas, también puedes apostar por la multitarea digital. Los miembros de la Generación Y están capacitados para realizar varias cosas al mismo tiempo, incluso con distintos dispositivos.
3. No coartes la movilidad. Si hay un dispositivo que los Millennials controlan, ése es el smartphone. Es importante que en las instalaciones de tu empresa tanto ordenadores como teléfonos, o tabletas, sean capaces de conectarse a la red corporativa. Esto quiere decir que tendrás que preocuparte de modernizar tus políticas de seguridad para evitar fugas y contratiempos que perjudicarían a la marca si se llegan a producir. La ventaja es que, habilitando dispositivos móviles conectados en los que la información se sincroniza al mismo tiempo y a medida que se realizan actualizaciones, el acceso será posible en cualquier momento, en cualquier lugar y en igualdad de condiciones para todos. Y eso es precisamente lo que buscan los trabajadores más jóvenes, los mismos que coparán buena parte de los empleos dentro de unos años. En su día a día están presentes los terminales móviles, las tabletas, los ordenadores (portátiles o no), los sistemas de colaboración, el cloud y lo digital. Y poco a poco, también los productos de wearable technology. La organización que los contrate debe garantizarles la rapidez suficiente para actuar y reaccionar. No te olvides de facilitar estrategias BYOD (siglas de Bring Your Own Device, o trae tu propio dispositivo). Y extiende esa conexión absoluta a la integración de los planos laboral y personal. Los Millenials también buscan un grado de relación más íntimo entre todas las facetas de su vida.
4. Flexibilidad como palabra clave. Para que tus empleados sean capaces de disfrutar de sus trabajos sin renunciar a las partes clave de su vida, lo que hay que hacer es tirar de flexibilidad. ¿Qué tipo de flexibilidad? Por un lado, flexibilidad de horarios. En el cómputo final no importará tanto la hora del día a la que cada uno comience a trabajar, el número de minutos de trabajo que consiga encadenar de forma ininterrumpida o el tiempo total que haya sumado sentado ante el escritorio, sin moverse, sino la calidad de lo que hace. El propio trabajador debería ser quién decida las horas que va a dedicar a realizar sus tareas, siempre y cuando se comprometa a cumplir unos objetivos fijados de antemano. Sólo él sabrá cómo y cuándo podrá rendir más. ¿Qué más da si es por la noche o con algunos días en blanco de por medio? Si al final cumple y él está a gusto, el momento que elija para trabajar un Millennial no debería suponer un problema para nadie. Igual de importante es promover la flexibilidad desde el punto de vista espacial, esto es, ¿desde dónde se va a trabajar? Con todas las herramientas de comunicación online que existen en la actualidad, empezando por el email y terminando por los sistemas de videoconferencia, el trabajo presencial ya no es la única solución. Cualquiera puede quedarse en casa, tomarse un café en el bar o irse a un centro de coworking si allí se siente más cómodo para avanzar en sus cometidos, manteniendo el contacto (virtual) con sus compañeros.
5. Más allá del salario. Está claro que la nómina que se recibirá a final de mes es un punto clave para aceptar o declinar una oferta laboral y tú, como empleador, debes ser justo con tus empleados. Págales conforme a su talento. Eso sí, el dinero no es todo lo que se pone en la balanza para decir sí o no a un trabajo. Por un lado, está la cuestión de la flexibilidad y la libertad. Asimismo, existe el tema de la filosofía de la empresa. Si el único objetivo de la compañía es sacar beneficios lo más rápido posible, en vez de contribuir a mejorar el mundo con sus productos o servicios, un Millennial podría no estar interesado en formar parte de su estructura. Ni ahora ni más adelante, porque no le aporta riqueza emocional ni valores para su desarrollo como persona y profesional. Ayudará a decidirse que el ambiente de trabajo sea amable y divertido, y que se valoren más las capacidades intelectuales que el aspecto o la ropa que se lleva puesta. Que la plantilla ya existente se haya convertido en embajadora de la marca también es un punto a favor. O que se ofrezcan perks, del estilo de inversiones en proyectos de innovación que van proponiendo los empleados, políticas “pet-friendly”, comida gratis y bajas por maternidad ilimitadas. ¿Qué más? Que se reconozcan los logros. Y que se estimule la formación.
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