Microsoft quiere demostrar que hace tiempo tiene “las cosas” muy claras y que el futuro de la informática pasa por la nube. Y en este campo también se encuentra excelentemente posicionada con desarrollos propios -basados esta vez sí en estándares Open Source, más del 33% de las cargas de trabajo son sobre Linux, para que luego se diga- que conforman una completa plataforma, Azure IoT Suite, rodeada de toda la cohorte de sistema operativo Windows 10 IoT Core embebido en los sensores, gestión ofimática Office 365, gestión empresarial Dynamics 365, presentación de gráficos y análisis de datos con Power BI, SQL Server para base de datos, componentes de AI y ML con la suite cognitiva Cortana Intelligence, y más (IoT Hub para comunicaciones seguras, Stream Analytics y HD Insight para Big Data o Media Services para multimedia, entre otros). Todo integrado para construir soluciones de extremo a extremo, escalables y con un grado superior de protección anti hackers.
Las empresas más innovadoras pueden olvidar sus prejuicios y confiar en las propuestas de Microsoft, que sin duda están impulsando y respaldando proyectos de todo tipo, ayudándolas a ser más ágiles, a ser más rápidas, a hacer más con menos, a reducir costes y sacar el máximo partido a los beneficios que el Internet de las Cosas (IoT) trae aplicado a cualquier punto de la cadena de valor que pueda ser conectado.
Cómo adoptarlo y aprovechar sus ventajas sin poner en riesgo la seguridad de los negocios es el objetivo del evento Microsoft Azure IoT Connect 2017, donde la tecnología cloud se configura en la base de todo proyecto como la mejor solución, al disociar la parte “férrea” de las infraestructuras (equipos, redes, almacenamiento) de la parte “lógica” del negocio (aplicaciones, analítica, conocimiento del consumidor). A ello se pueden ir sumando tecnologías de última hornada como la inteligencia artificial o el aprendizaje automático para el diseño de chatbots o la organización de smart cities.
Desde el sector industrial más sofisticado hasta el comercio retail a pie de calle, pasando por la banca y la sanidad, el Internet de las Cosas está ya revolucionando el mercado, haciéndolo más inteligente, automatizando procesos, conociendo mejor a los clientes, anticipándose a necesidades y ahorrando recursos, entre miles de oportunidades más que bullen en la imaginación de los responsables de negocio. Adelantarse a la rotura de un grifo de cerveza para que no colapse en pleno derbi, un espejo “táctil” en el probador que recomienda ropa y complementos según el reconocimiento de rostro, ahorrarse viajes innecesarios para reponer productos y cambio en las máquinas de vending, chequear y calibrar las señales de despegue y aterrizaje de cada aeropuerto con un drone en vez de hacer volar un avión… hay muchos ejemplos y se repasaron bastantes casos de uso. Hablando de aviones, piénsese en el ahorro que puede suponer mejorar y optimizar el rendimiento de cada motor en solo un uno por ciento: no ya en prevención de fallos y seguridad ganada, sino solo en combustible supone 250.000 dólares al año.
“En los últimos 10 años la evolución ha sido tremenda. El coste de los sensores se ha reducido a menos de la mitad, el de ancho de banda hasta 40 veces y el de cómputo hasta 60 veces. Ahora es el momento, toda esta reducción de costes permite asumir riesgos mayores y entrar en nuevos proyectos. Hay que identificar escenarios sencillos para empezar y ganar experiencia, coger ideas y lidiar con las deficiencias que aparezcan. Pero no se trata sólo de conectar cosas (el 85% aún no están conectadas, y hoy solo generan el 10% del tráfico en Internet), también es la red que permite llegar a la nube, y por supuesto la nube gracias a la cual se puede escalar, compartir datos, analizar y extraer valor”, dice Samuel Marín, Product Marketing Manager en Plataformas de Datos y EMS de Microsoft Ibérica. “Cada empresa tiene su propia definición de IoT. Nosotros preferimos la más corta: llevar inteligencia a cualquier lugar y a cualquier aparato con los que interactuamos diariamente”.
Proyectos maduros
El acercamiento entre Microsoft e Intel ha permitido construir un ecosistema robusto de partners, distribuidores e integradores capaces de crear un conjunto de soluciones verticales ya probadas que pueden escalar a productos horizontales. Aunque que nadie se engañe: son proyectos complejos, que deben cumplir una serie de requisitos técnicos y de negocio. “Preocupaciones de los responsables de la tecnología: seguridad y credibilidad en los datos, interoperatividad entre el legacy y los sistemas nuevos, integración operativa de la información incluso con sistemas propietarios o muy desfasados, o en concreto qué datos se van a analizar”, señala Iván Álvarez, IoT Business Development Manager en Intel. “Por parte de los responsables de negocio, sus mayores preocupaciones son: escalabilidad para poder extenderlo a toda la compañía, costes y ROI que justifique la inversión, seguridad y privacidad de los datos, o cómo lidiar con multitud de piezas y soluciones fragmentadas, incluso dentro de la organización”.
Haciendo un recorrido sobre la evolución del IoT, se puede señalar una primera fase donde se trata de conectar lo que no está conectado. Ya había elementos embebidos, pero a menudo con protocolos propietarios que tenían mucha dificultad en comunicarse con el resto, los datos viajaban en una sola dirección y no se podía interactuar con ellos. Una segunda fase es la actual, “nos encontramos con diferentes segmentos de dispositivos en diferentes sectores de negocio que se conectan con la nube de manera bidireccional y permite interactuaciones”, cuenta Álvarez. “Finalmente, la tercera fase en la que casi estamos ya: sistemas autónomos que permiten tomar decisiones en tiempo real en el propio dispositivo, pues no necesariamente todos los análisis deben realizarse en la nube, y se trata de transferir inteligencia al extremo final, independientemente de cuando esté conectado”.
Aquí destacan como ejemplo el coche autoconducido en la que ya hay proyectos para que en 2018 sea “altamente” autónomo, y en 2020 sea “totalmente” autónomo. “El valor no está en conectar cosas, sino en el análisis que obtengamos de los datos. La analítica es la clave a nivel de negocio, parece bastante obvio pero hay que decirlo”, concluye el representante de Intel.
De acuerdo a las proyecciones de los analistas aquí mostradas, si en 2016 la inversión en todo el mundo en hardware, software, servicios y conectividad relacionada con el IoT alcanzaba los 737.000 millones de dólares, se espera que estas cifras se incrementen hasta alcanzar los 1,2 billones en 2020. Para España, el gasto en IoT fue de 13.500 millones de euros, y prácticamente se espera que se doble en estos cuatro años hasta casi los 23.000 millones.
El momento DX (Digital Transformation)
Las sesiones continuaron en paralelo para dar más cabida a tantos temas, ejemplos y casos de uso, manteniéndose una zona de exposición, y concluyendo la jornada con talleres prácticos. Un formato que ya es el segundo tras otro sobre seguridad en entornos móviles, y que seguro que se irá repitiendo con nuevos contenidos referentes a la transformación digital y que culminará en octubre con la Microsoft Summit. Pero estando en casa del anfitrión, pudimos charlar sobre DX en un aparte con José Bonnin, responsable de la unidad de negocio Cloud & Enterprise de Microsoft Ibérica.
“Microsoft tiene la responsabilidad de jugar un papel clave y de ser un actor impulsor de esta nueva revolución. En ese sentido, contamos con la oferta más completa que incluye un portfolio de soluciones destinadas a colocar a cada compañía a la vanguardia de su ámbito de actividad”, señala Bonnin. “Nosotros lo vemos como la aplicación de las tecnologías digitales en todos los ámbitos de la sociedad, de las empresas, de las personas o de la administración pública, y en donde el cloud es el facilitador principal. Antes de Azure para abrir un data center en un nuevo país había que esperar seis meses; hoy es cuestión de minutos. El cambio de escalas proporciona un factor competitivo brutal, por eso si antes en el momento de las páginas web era todo mobile first y diseño responsive, en la actualidad los nuevos desarrollos son cloud first”.
Las soluciones IoT han pasado de ser una utopía que sonaba a ciencia ficción apenas hace un par de años, a materializarse en hechos y casos de éxito que reflejan las ventajas de esta tecnología. “Hasta ahora, la transformación digital ha supuesto, en la mayoría de los casos, la adopción de soluciones cloud para satisfacer las distintas necesidades a las que se enfrentan las compañías”, explica Bonnin. “Sin embargo, ahora es el mercado del IoT el que se postula como la próxima tecnología que va a revolucionar nuestras vidas y, del mismo modo que cada vez hay más dispositivos conectados, cada vez son más los proyectos de transformación digital en las empresas que giran en torno a soluciones de IoT. Esto se comprueba también en los perfiles laborales que se están demandando especialmente orientados a gestión y desarrollo de plataformas y también a científico de datos”.
Estos desarrollos y proyectos se dan en todo tipo de sectores y por empresas de cualquier tamaño, el IoT se ha hecho universal, y todo lo que pueda ser conectado, se conectará. Y es que no dejan de aparecer nuevas oportunidades, ideas, modelos de negocio y servicios, en áreas del retail, la sanidad, la distribución, las finanzas, la administración pública y muchos más. De hecho, durante el evento, Microsoft y sus partners compartieron en primera persona entre la zona de demostraciones y la sala de conferencias diferentes casos de uso.
“Con esta primera sesión demostrativa queremos que los asistentes conozcan de primera mano casos de uso centrados en aspectos tan diversos como espacios de trabajo virtualizados más flexibles, el marketing de proximidad, el mantenimiento predictivo y la prevención de accidentes laborales en plantas industriales, la gestión eficiente del gasto energético, las predicciones sobre niveles de contaminación en ciudades o la mejora de servicios públicos como la recogida de residuos, entre otros”, explicó Bonnin. “Lo mejor del IoT es que no está reservado solo a grandes compañías, empresas de todo tamaño pueden abordar proyectos que por coste y tiempo antes eran impensables, y encontrar su solución para hacer un uso más adecuado de los datos”.
El directivo de Microsoft también anunció la apertura hace un mes y medio de un centro de innovación IoT y AI en Múnich (Alemania) para trabajar directamente con clientes, el primero en Europa y el tercero junto a los de EEUU y Asia. “Para pruebas de concepto en laboratorio, nosotros ponemos técnicos de todo tipo, mecánicos, electricistas, etc. ¡Ya hay lista de espera! Algunos nos han dicho que una semana aquí equivale a un mes de trabajo en su fábrica”, cuenta Bonnin. “Así que los próximos pasos en la estrategia de Microsoft se centrarán en seguir impulsado y desarrollando la industria IoT tanto a nivel global como a nivel local, con actualizaciones y mejoras que amplíen su abanico de herramientas en este campo, que cubren todo el ciclo de vida del datos desde su origen hasta su visualización, y apoyando a su veintena de socios de negocio y a sus clientes en aquellos procesos de transformación digital basados en Azure, y reforzando su propia plantilla, solo durante el año pasado entraron 70 especialistas en España”.
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